Y, la primera acá
Uno, dos, tres timbrazos y nada...
Otros tres y, tampoco...
Mejor la llamo a la casa, así me conteste su hermano
Hola, en el momento no nos encontramos.
Si nos estás buscando con urgencia, llámanos al celular,
si no, dejá tu mensaje
Contestó esa voz paisa que tan bien conocía
Juana, si estás ahí contéstame, por favor.
Es más, yo sé que estás ahí, contéstame.
¿Aló?
Juanis, ¿por qué saliste corriendo?
¿Por qué ese mensaje de texto?
¿Lo haces sólo por amargarme?
Pablo, ya te dije, te amo, pero no quiero ataduras.
No lo hago por amargarte... me propuse dejar de ser tu karma.
¿Ser mi karma?
¿No habíamos dejado ese tema atrás?
¡Antes de ser novios me lo decías por amargarme!
¿Te acuerdas de lo que yo te contestaba?
¿Si no lo hiciera para amargarte, qué sentido tendría ser tu karma?
Además ser tu dharma no sería tan chévere... ¡tú ya tienes el tuyo!
Y yo te decía:
Todos necesitamos un némesis, pero...
¿por qué carajos me tocó el más difícil de todos?
¿Suerte, azar, destino?
No lo sé, llámalo como quieras...
En todo caso quiero que hablemos,
quiero que volvamos a ser lo que fuimos.
No sé... por lo pronto debo colgar.
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