Hace una década, el 2010 se veía tan lejano, que no me imaginé llegando a él, pero... para allá vamos.
Fue una decada en la que compartí con las personas que fueron especiales en la década anterior, lo fueron en ésta y lo serán en las próximas.
En la década que termina conocí gente maravillosa, gente buena y gente no tan buena. A todos ¡gracias!, por dejarme entrar en sus vidas, conocerlos y por/con ustedes hacerme mejor persona.
Algunas personas especiales, partieron también en esta década y, aunque me hacen falta, soy feliz por ellos porque se encuentran en un mejor lugar, de eso estoy plenamente segura.
Creo que los propósitos para el primer año de la nueva década no se pueden dejar de lado, así que los dejaré plasmados acá, para recordarlos y tratar de cumplirlos:
La familia y los amigos
En casa, debo dejar de ser tan mandona, intolerante y egoista.
A mis amigos, a quienes "les adeudo la ternura, las palabras de aliento y el abrazo, el compartir con ellos la factura, que nos presenta la vida en cada paso", como dice Facundo, sé que debo dedicarles más tiempo y, en la medida de lo posible, eso haré.
El trabajo
En lo que estoy haciendo ahora estoy muy contenta. El proósito entonces será, aprovechar al máximo todas y cada una de las oportunidades que se presenten, ¡empezando por las Jornadas de Cartagena!
Esos son los propósitos más importantes y, por ellos me comeré las primeras uvas, al compás de las campanadas que anuncian "que el año viejo se va" y que "la alegría del año nuevo viene ya"... el resto de uvas me las comeré pidiendo la paz mundial y que sea una década mucho mejor que la que se termina y, el resto de cosas que se piensan (pero no se dicen), mientras se come.