Aquellos amores innecesarios, inconvenientes y que se quedan por siempre, como el tuyo, un amor de lejos del cerebro que limita con las piernas, o con un ser Neardenthal, o un Hombre de Cro-Magnon, todo habita dentro de mí cuando estás cerca y peor aún cuando te alejas de fin de los siglos de los siglos, pensaba que tenía un poema entre mis manos, listo para ser escrito, cuando sentí una canción de Rocío Durcal, no tengo ni idea de las letras ni de los ritmos, pero soy conciente en este preciso momento que nada se parece más a lo que siento.
Imaginaba comportamientos obscenos de las parejas en los parques, de los novios en la oscuridad, un viejito romántico con su novia de quince años, la volada de los amantes, en fin, todo pasaba rápidamente como un musical en un teatro de mala muerte en Bogotá.
Tu amor no puede ser escrito porque es vivido, es fugaz, es de piel, es de playa, de carnaval, es totalmente físico y carnal. Así que salí a comprarme un disquito y encontré la colección completa, fui feliz, encontré mi regalo de navidad. Primera canción: Me gustas mucho.
Entendí que la vida no es nada de lo que había pensado, me mataba tratando de decir cosas interesantes, cuando lo que deseaba era quitarme la ropa y que me dijeras las vulgaridades más grandes. En ese momento me encontré desgraciadamente con tu esposa en Prodiscos, obviamente absolutamente divina, con medidas 90-60-90, la mujer exitosa del siglo XIX y me cuenta que está preparada para separase, que no te aguanta, que eres un borracho, mujeriego y
suena la canción "Me nace del corazón", me imaginaba todo, estaba totalmente enamorada y pensé "así me lo recetó el médico", yo tan variable y él tan inestable, qué más le podía pedir a la vida. Pero la loquita no se callaba y seguía dándome lora, así que siguió la otra canción "No me vuelvo a enamorar", que es perfecta para ella que sólo escucha música clásica y no sabe de estos sentimientos básicos.
Así siguieron cantadas a grito herido las demás canciones en el carro, con el público de los trancones de Bogotá, en el semáforo feliz con mi repertorio y te ví pasar con camisa roja, pité, todos los taxistas, los señores de los buses me ayudaban, el policía también trataba de llamarte, pero ni modo, de lo bueno no dan tanto, no te diste cuenta del concierto. ¡Que viva Rocío, mi Rocío Durcal del trancón y de los amores de verdad, verdad!
Con todo y mi tristeza - Rocío Durcal
No hay comentarios:
Publicar un comentario